A las 10 de la mañana se abrían las puertas de la Parroquia, durante todo el día han pasado numerosas personas a besar la mano de nuestra madre, María Santísima de Gracia y Amparo. Al entrar, te deleitaba la mirada y la belleza de Nuestra Titular y te sonreías al ver a los Monaguillos de nuestra Hermandad, que cada Martes Santo, nos acompañan repartiendo la sencillez y la alegría de ser niños. A continuación podéis ver, lo bien que lo han hecho, guardando su compostura en todo momento. También la Hermandad quiere defender la vida, por eso cuando te acercabas a besar la mano, estos monaguillos te hacían entrega de un rosario por la vida. A las 21 horas terminaba el Besamanos para dar paso a la Exaltación de la Juventud.